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Alejandro Sieveking y Bélgica Castro por siempre

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Conmovidos, damos el último adiós a Alejandro Sieveking y Bélgica Castro, la pareja más querida y admirada de la escena teatral del país. Se conocieron en el Teatro en 1956, ella tenía 35 y él 22 años, ella era profesora del ramo Historia del teatro y él era un estudiante de Teatro de la Universidad de Chile. Cuando se conocieron, se enamoraron, él escribía papeles para ella, ella los actuaba orgullosa. “Empezamos a conversar y conversar, y nos dimos cuenta de que en esa época éramos unas personas absolutamente compatibles. ¿Nunca te ha pasado que conoces a alguien y sientes que no tienes que explicar nada porque esa persona ya lo entiende? Eso me pasó a mí. Entonces empezamos a andar.” decía Alejandro.“Para mí es muy bueno que él dirija. Le tengo una fe ciega, le creo todo lo que me dice”, afirmaba Bélgica. Alejandro Sieveking Campano nació en Rengo en 1934, fue dramaturgo, director y actor de teatro, autor más de cuarenta obras de trascendencia nacional e internacional y galardonado con el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales de Chile en 2017.Prolífico y talentoso, autor de "La remolienda", "Ánimas de día claro" y "Tres tristes tigres", escribió para la televisión, actuó en cine, y fue novelista. Bélgica Castro Sierra ​ nació en Concepción en 1921, sus padres eran inmigrantes españoles anarquistas y apolíticos. Fue actriz, académica, fundadora del Teatro Experimental de la Universidad de Chile, galardonada con el Premio Nacional de Artes de la Representación de Chile en 1995, reconocida con la Medalla Rectoral de la Universidad de Chile en 1999​, la Medalla al Mérito Cultural Profesor Pedro de la Barra en 2002, la Medalla de Honor del Senado de Chile en 2008, el Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda en 2016 y el Premio Municipal de Artes Escénicas de Santiago en 2018.​ La vida de esta pareja estuvo llena de premios y aplausos, pero también de dolor. En 1973 estaban actuando en la obra “La virgen del puño cerrado”, dirigida por su entrañable amigo Víctor Jara, cuando sobrevino el golpe militar, Víctor Jara fue asesinado, el dolor de Bélgica y Alejandro fue devastador, que solo se acrecentó con las constantes amenazas y persecución de parte de la policía de la época, así que debieron partir al exilio a Costa Rica dónde vivieron 11 años, regresando a Chile en 1984. Nada de ese capítulo oscuro se adivinaba en ellos, caminaban juntos por las calles del centro, tranquilos, joviales, cercanos. Recordamos siempre a Alejandro tan alto, dulce, amable y a Bélgica simpática, brillante, incansable, con una tierna sonrisa. Los dos amaban el teatro, les gustaban los gatos, pero por sobre todo eran amigos y cómplices, con un sentido del humor permanente, tal vez un ingrediente que los ayudó para permanecer juntos por 60 años. “Ellos vivían el uno para el otro. Ellos decían que eran absolutamente dependientes…” dice Héctor Noguera, y así, como en el desenlace de alguna obra que Alejandro pudo haber escrito, murieron casi juntos, con horas de diferencia, como si el amor profundo que se tenían hubiesen tejido hilos invisibles e inseparables entre los dos. Este sábado 7 de marzo se efectuaron los funerales en Teatro Nacional, llegaron cientos de actores, admiradores y personas ligadas al mundo de la cultura. Se fueron juntos y en medio de una ovación, como estaban acostumbrados. Texto: fmj.cl Fotografía. candilejas.cl